Nuestra propuesta es un pabellón para exhibir diferentes tipos de arte (escultura, fotografía, murales, etc.) y crear espacios urbanos para interactuar. A su vez, el pabellón quiere transmitir un concepto: El impacto que cada uno tenemos en el medio ambiente y como cada pequeño acto crea un gran efecto en el conjunto. Para ello, las paredes exteriores del pabellón están diseñadas con madera aglomerada a las cuales se les adhieren unas piezas de colores biodegradables, compuestas por serrín de madera (wood dust), semillas de flores y de plantas y aditivo colorante. A los visitantes del pabellón se les incentiva a que agarren una pieza de colores de la pared, se la lleven y la planten (enterrar y regar). De esta manera, crecerá una planta o flor.  Esto tiene dos efectos: El primero. Cada ciudadano toma una pieza del pabellón, que era opaco en un principio, haciendo éste más poroso y traslucido mostrando su estructura, como ocurre con un árbol caduco que pierde sus hojas en otoño. Esto crea una reflexión en como los pequeños efectos nocivos que cada uno tenemos cada día sobre el medio ambiente, crea paulatinamente un mayor daño sobre este. El segundo efecto, es que el pabellón tiene una presencia más allá de donde está situado. Cada visitante, toma una pieza, la planta en su casa y esta germina en una flor. Como un árbol que desprende sus semillas con el viento y al contacto con el suelo, expande su presencia.